Si tuviéramos que analizar a fondo la situación y evolución del sector de la iluminación tendríamos que resaltar, sin ningún género de dudas, el hecho de que en los últimos años se ha producido el crecimiento de la luz sólida. Es decir, de los comúnmente llamados led.
Así, desde su fabricación más generalizada a partir de las décadas de los años sesenta y setenta, aquellos diodos de luz no han parado de crecer en cuanto a demanda. Buen ejemplo de ello es que ya se emplean tanto en las viviendas particulares como en el alumbrado público, museos, locales de ocio, tiendas de alimentación o en monumentos.
Precisamente ese uso masivo de los led es fruto de que se ha tomado conciencia de los numerosos beneficios que traen consigo:
- Permiten conseguir un importante ahorro en el consumo energético. Entre el 50% y el 80% se reduce el gasto de luz que se realiza en las edificaciones y espacios que optan por aquellos.
- Muy en relación con la ventaja anterior, está el hecho de que estos diodos, al reducir ese citado consumo, suponen también una disminución del dinero que hay que invertir en la factura eléctrica.
- De la misma manera, otra de las razones del crecimiento de la demanda de los led es el hecho de que ellos cuentan con una vida útil mucho más larga que la de las bombillas tradicionales. Así, si estas permanecían en activo durante 10.000 horas, aquellos pueden hacerlo durante 60.000 horas.
- A todo ello habría que añadir que gracias al uso de esos dispositivos se consigue disminuir los niveles de dióxido de carbono que se lanzan a la atmósfera.
- No contaminan.
- Son reciclables.
- Ofrecen una luz sólida y sin parpadeos.
- No generan calor.
